La tierras de Champagne al noreste de Francia cuentan la historia de la cultura de un pueblo que durante generaciones ha labrado laderas y ha cuidado el fruto de la vid, cosechándolo en el momento más indicado para así crear un producto que es reconocido en el mundo entero, el Champán o como se le conocía originalmente el oro líquido.
El clima en la región de Champagne revela la adaptación del paisaje a la siembra y cosecha vinícola, viñas que se han formado en sus laderas, amplios terrenos llenos de surcos sembrados con las mejores semillas para elaborar uno de los mejores vinos espumosos del mundo. Realizar un viaje turístico a Champagne no tiene precio. Es abrir un pasaje en el tiempo para entrar en contacto con este proceso que en un principio comenzó siendo artesanal para derivar en una sofisticada organización estructurada cuyo orden permite hoy día crear una producción controlada y lograr así ser reconocida a nivel mundial como patrimonio de la humanidad.
Las uvas que se producen en los viñedos de Champagne en Francia son ideales porque sus laderas exponen las uvas al sol que junto con el clima frío le dan un magnifico sabor, ofreciendo uvas de calidad superior como: la Pinot noir, Pinot Meunier y la Chardonnay. En ninguna otra parte de Francia ni del mundo se puede usar el nombre de Champagne en algún vino espumoso porque está reservado exclusivamente para la región de Champagne.
Uno de los grandes éxitos que tienen los viñedos de Champagne se debe a la transmisión del conocimiento en la técnica del cultivo, cosecha, cuidado de las laderas y elaboración final del Champán. Esta herencia de los procesos evolutivos de producción ha sido transmitida desde 4 o 5 generaciones atrás. Estos viñedos están abiertos al público para que puedan conocer cómo se elabora el oro líquido.
Laderas de Champagne: paisajes históricos que son patrimonio de la humanidad
El territorio de Champagne se agrupa aproximadamente en unas 1.100 hectáreas, donde están aglomeradas tres laderas (no son las únicas) que aún preservan la tradición del champán y son consideradas patrimonio de la humanidad. Estas son: las laderas históricas, la colina de Saint-Nicaise en la región de Reims y la “avenue du Champagne”, la avenida del champán ubicada en Épernay. Cada una de ellas encierra su propia historia. Conocerlas es descubrir la verdadera esencia del pueblo de Champagne.
En las laderas históricas es donde tuvo nacimiento el champán, aquí fue donde se logró alcanzar el nivel superior del vino espumoso. Estas tierras están resguardadas en el Parque Natural de Reims entre Mareuil y Ay Hautvillers. El monje Don Pierre Perignon (cuyo nombre también es la marca de un afamado champán de producción exclusiva por Moët & Chandon) en la abadía de Hautivilliers descubrió el secreto de la fermentación del vino espumoso (Método Champenoise).
Estas Coteaux (laderas) encierran los mejores viñedos, cada una tiene características particulares y en todas hay inmensas bodegas. Puedes visitarlas bajo la asesoría de un guía turístico especializado en vinos. Es una oportunidad que no sólo te permitirá entender el minucioso proceso de fermentación del champán sino que también te permitirá obtener un conocimiento único porque el guía turístico conocedor de los viñedos y de las laderas expondrá con lujo de detalles información de primera mano.
Una visita obligada es la red de galerías subterráneas que se han excavado en las tierras francesas de Champagne, que contienen una roca caliza del periodo cretácico con componentes excepcionales para preservar de manera apropiada los vinos. Son inmensas, muchas de ellas ocupan kilómetros y kilómetros con túneles que llegan directamente a ríos o estaciones de ferrocarriles que en otras épocas eran esenciales para realizar el transporte del champán sin dañarlo. La cultura del champán gira en torno a todos estos viñedos y laderas.
Ver estas catedrales preservadas desde la época medieval en el subsuelo es una experiencia increíble. Ocupan espacios para el proceso de la vinificación y en sus entrañas se resguardan millones de botellas cada año. Estas inmensas bodegas (Pommery, Ruinart, Taittinguer, Martel) son ideales porque regulan la temperatura manteniéndola invariable, lo cual preserva la calidad y asegura un producto final (el champán) con un sabor que te llevará a las estrellas.
Las laderas de Champagne ofrecen a los visitantes tener un encuentro histórico para entender cómo ha sido el proceso evolutivo de la técnica, desde la artesanal hasta el empleo moderno de tecnología que ha permitido ir mejorando la preparación de los vinos espumosos. Las grandes casas productoras abren sus viñedos, bodegas subterráneas y edificios históricos (Maisons Champagne, Chateaux, villas) para que sean disfrutadas por todos los turistas que deseen conocer la esencia del oro líquido, el champán.
Laderas de Champagne: La ruta de la Champán
Una de las cosas que siempre se recomienda al visitar estas laderas es ir acompañado de una persona que conozca el tema de los vinos espumosos (champán). Ya que la vinicultura es toda una ciencia, para que puedas aprender cómo catar los productos, qué sabor particular tiene cada uno y cuál sería el acompañamiento gastronómico ideal para probar un buen vino espumoso, puedes contratar a un guía turístico, para que de manera organizada con un itinerario apropiado realices la ruta del champán. Esto te facilitará entender de la mejor manera posible todo lo que está relacionado con el champán.
La ruta del champán en su conjunto se refiere al manejo de información real y precisa sobre la cultura que rodea al champán: conocer viñedos, descender a inmensas bodegas subterráneas, ver museos y hacer un recorrido por toda la región de Champagne, y por supuesto durante el recorrido hacer encuentros exquisitos con la gastronomía que combina en sus sofisticadas elaboraciones el champán para convertirlas en obras de arte culinario.
Un recuerdo imborrable será descubrir el proceso de creación del champán. El proceso tradicional es comenzar con la fermentación (en la cuba). Posteriormente se hace el maridaje (con cepas, usando uvas cosechadas en un solo año o combinadas varios años) que es el toque particular que cada viñedo le da a su champán. Se continúa con una segunda fermentación (en la botella) para después transportarlas hasta las bodegas subterráneas para luego realizar el remuage o clarificación por los remueurs (removedores) que manipulan miles de botellas al día.
¿Has probado alguna vez champán con fresas? Es una combinación exquisita. Seguramente al visitar Champagne podrás probar combinaciones más exuberantes. ¿Qué te gustaría conocer de la región de Champagne en Francia? ¿Alguna vez has catado vino?
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