A veces los comportamientos y los rasgos de carácter del guía producen una impresión tan dolorosa que el viaje no causa a los turistas nada más que irritación. ¿Qué puntos débiles producen la mayor insatisfacción?
Que tus visitantes nunca tengan esta cara
1. Defectos de voz y dicción
Es imposible escuchar una historia si el guía:
- tiene unos fuertes defectos de dicción (una suave guturalización todavía puede sonar encantadora, pero la falta completa del sonido "r" hace difícil entender palabras);
- ronquea e incluso tiene ataques de tos, que se percibe como un signo de la enfermedad, te gustaría encontrarte tan lejos como sea posible de un tal compañero de viaje;
- habla en voz muy baja, es necesario pedir decirlo de nuevo (no es seguro que la explicación repetida sea más audible), o estar más cerca, lo que causa incomodidad psicológica;
- pronuncia las palabras en voz tan alta que uno quiere taparse los oídos.
La impresión de una persona depende en gran medida de como bien suena su voz. Para un guía el aparato vocal es también la principal herramienta para trabajar con los turistas. Por lo tanto, no se puede descuidar su desarrollo.
No debes utilizar un altavoz, es mejor ir a cursos de oratoria
2. Formación profesional deficiente
Si dices tonterías con una hermosa voz, no podrás mantener la atención de los clientes de más de un par de minutos. A continuación, los turistas se sentirán confundidos y luego irritados por la falta de profesionalismo. ¿Qué es lo que los hace más enojados?
- Posesión superficial del tema de la narrativa, como consecuencia, ausencia de respuestas a las preguntas.
- Enumeración de información y hechos, conocidos de los manuales.
- Historia "de nada", sin lógica y relaciones de causa a efecto.
- Distracciones constantes, literalmente, a todo lo que está a la vista.
Como resultado, los turistas están aburridos y se arrepienten de dinero perdido. Por lo tanto, no van a aconsejar a los amigos y conocidos un guía así.
"!Qué pregunta más tonta!", una tal exclamación del guía es una manera segura de provocar un fuerte rechazo del turista. Con esta expresión el guía, lo quiere o no, deja claro que es más inteligente y mejor educado que el cliente.
3. Incapacidad de contar historias emocionantes
Puedes conocer profundamente el tema, tener todos los datos y fechas en las manos, saber las respuestas a todas las preguntas difíciles, y al mismo tiempo seguir recibiendo comentarios no muy positivos de los viajeros. Lo que pasa es que el guía no es sólo un profesor que recita el material, sino un actor haciendo un espectáculo. En virtud de su temperamento puede ser apasionado o melancólico, impulsivo o lento. Si pone los sentimientos en su historia, habla con entusiasmo, con sentimiento, así cautiva al oyente, le da una experiencia emocionante. Es por eso que la gente viaja.
4. Falta de atención a las necesidades del cliente
Los que ordenan los viajes personales son las personas dispuestas a pagar por lo que todo vaya de acuerdo con sus expectativas. Tal vez serán intrigadas por uno de los aspectos del tema, y te pedirán contarlo con más detalles. O quieren hacer una sesión de fotos en un rincón que les gusta, por lo que el itinerario de actividades será un poco cambiado.
Nada malo va a pasar si el guía tiene que cambiar un poco el plan previsto, por lo contrario, el cliente estará satisfecho de que su deseo fue respetado. Y el guía turístico que no quiere hacer cambios sólo va a causar emociones negativas.
¡Un guía así impertinente molesta mucho!
Si sabes que tienes cualquiera de estos puntos débiles, piensa en cómo remediarlos. Es posible que debas inscribirte en los cursos de oratoria o "enterrarte" en montañas de libros. En cualquier caso, no es tan fácil ser un guía así que cada cliente lo recuerde con gratitud y quiera volver.
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